miércoles, 23 de marzo de 2011

CÓMPRAME UN CAFÉ...


Hace un par de meses les pregunté qué opinaban acerca de las donaciones al blog. Incluso, hice una encuesta para valorar la opinión de todos.

La mayoría de ustedes estuvo a favor, o bien porque creen que es una buena idea o porque, simplemente, es una opción más a la que algunos se pueden sumar y otros no. Ya que, por supuesto, esto es una invitación no una obligación. Elegí para ello el sistema de PayPal porque es el más seguro para todos.

Les agradezco de corazón la lectura, los comentarios y las dudas que mantienen vivo a este blog y que nada tienen ni tendrán que ver con que "me compren un café" o no. Porque, de todas formas, seguiré aquí siempre que alguno de ustedes necesite mi ayuda.

Abrazos de sol primaveral,
Cat

lunes, 21 de marzo de 2011

ARGENTINA Y ESPAÑA... QUÉ NOS UNE Y QUÉ NOS DIFERENCIA



Hay una tendencia a creer que argentinos y españoles somos, prácticamente, iguales. Y aunque es cierto que los argentinos nacimos en la pequeña Europa de Latinoamérica y que tenemos muchas cosas en común, también es cierto que somos muy distintos. Nuestra visión del mundo, en algún punto, es completamente diferente.

Nos unen el pasado y los antepasados. El 90% de la población argentina desciende de europeos (mayormente españoles e italianos). Son nuestros abuelos y bisabuelos los que también vivieron aquí una guerra civil o la escucharon por la radio en Argentina, con el sufrimiento y el dolor que eso significaba. Son nuestros abuelos y bisabuelos los que pasaron hambre y penurias aquí, los que llegaron a Argentina con una mano atrás y otra delante y lucharon por crecer, con la maldición de la distancia, y hacer crecer a nuestro país. Son nuestros abuelos y bisabuelos los que perdieron a sus seres queridos en una guerra que fue la misma.
Por lo que nuestras bases de colonia, más que mal, nos unen pero nuestro pasado más reciente nos une todavía más.

La simple diferencia radica en todo lo que vino después, en todo lo que vivieron esos mismos españoles aquí y allá.

Nuestros abuelos se convirtieron en argentinos por derecho propio, formaron allá sus familias o las hicieron crecer, lucharon por una vida mejor y se enamoraron de nuestra tierra. Y lo pasaron mal, tanto como bien, pero la mayoría nunca volvió. Ni siquiera después de nuestra infinidad de crisis, del gobierno de facto, de la hiperinflación, del corralito... porque ya son grandes, porque aquí ya no les queda nada, porque allá lo tienen todo, por los recuerdos, por lo que fuera.

Los que se quedaron aquí, tuvieron una historia completamente diferente, una dictadura que duró décadas y un país que aunque nunca volvió a ser lo que era, se convirtió en una de las 10 potencias mundiales.

Nosotros no olvidamos el pasado y pedimos justicia. Ellos miran al futuro e intentan olvidar lo inolvidable. Nosotros cometimos muchos errores y tratamos de aprender para no repetir. Ellos no creen que haya errores que remediar. Nosotros nos acostumbramos a luchar para sobrevivir y, ante la menor caída, nos arremangamos y no bajamos los brazos. Ellos esperan que la situación cambie. Nosotros sabemos que siempre puede ser peor. Ellos creen que ya tocaron fondo. Nosotros usamos los bancos para lo mínimo indispensable. Ellos tienen su vida entera ligada a éstos. Nosotros vivimos en pesos pero ahorramos en dólares. Ellos viven en euros pero hablan en pesetas. Nosotros somos argentinos orgullosos y patriotas. Ellos aman a su pueblo y bastante poco a su país. A nosotros nos encanta que nos identifiquen con el tango. A ellos no les convence que los identifiquen con el flamenco, si no son andaluces. Nosotros tenemos deportes folclóricos relacionados con la doma y los gauchos. Ellos tienen la tauromaquia. Nosotros, el asado y el mate. Ellos, la paella y la caña. Nosotros hablamos castellano. Ellos también pero conviven con otros 3 idiomas e infinidad de dialectos y, se usan todos. Nosotros tenemos un poder discursivo que deja bocas abiertas. Ellos pueden decir lo mismo que nosotros pero con un resumen impresionante. Nosotros somos, definitivamente, más pasionales para todo (también llevamos sangre italiana en nuestras venas) y somos nostálgicos por naturaleza (herencia de aquellos que emigraron). Ellos son un poquito más alegres e, incluso, más cantarines. Nosotros tenemos tendencia a no cumplir siempre las reglas. Ellos, salvo casos contados, hacen todo lo contrario. Nosotros tenemos un poco la cultura del "no te metas". Ellos se meten cada vez que existe la posibilidad. Nosotros tenemos un exceso de corrupción política. Ellos... también.

Pero aún así, nos sigue uniendo la historia. Nos unen la "buena vida" y los malos políticos. Nos une la experiencia de ir y venir e, incluso, nos une Messi. Porque, aunque algunos nos guste más que a otros, España sigue siendo la madre patria.


Aclaración: Por supuesto que mi opinión no intenta herir susceptibilidades. Tengo muy claro que los argentinos no somos todos iguales ni los españoles tampoco. Y además, en todo sitio hay de todo...

domingo, 20 de marzo de 2011

MENTIRAS QUE MATAN...


Antes que nada, debo confesar que, igual que la mayoría, estoy en contra de las dictaduras (de todas), estoy en contra de Gadafi y sus delirios autoritarios y déspotas y, sobre todo, estoy en contra de la MASACRE de un pueblo, sea el que sea. Estoy en contra de las guerras (las inicie quien las inicie y las termine quien las termine).

Sin embargo, también estoy en contra de la MENTIRA y de toda esa "pompa de jabón" políticamente correcta que nos cuentan e, incluso, de que repitamos lo que dicen los periódicos o los informativos o el gobierno sin antes analizar qué es lo que verdaderamente está sucediendo. Ya sé que es más fácil tomar lo que nos dicen sin necesidad de perder el tiempo en "razonar" lo que nos están diciendo o el suceso de los acontecimientos. Simplemente, porque es más fácil creer que no nos tratan como si fuésemos niños de colegio. Y además, no pasa aquí, en casa... así que para qué molestarse (tampoco es cuestión de ser hipócritas). Incluso, me molesta mucho la repetición cuando se da en una figura pública porque sí, los políticos siempre se escudarán en la paz y en el beneficio para la mayoría (aunque ya sepamos de memoria que es todo una falacia) pero y ¿los demás qué? Los demás, los que nos informan o nos entretienen, los que tienen la posibilidad de expresarse en voz alta frente a millones de personas ¿porqué insisten en ser "políticamente correctos"? ¿porqué insisten en decir lo que creen que queremos oír? Porque no sé ustedes, pero yo quiero que alguien se plante frente a una cámara y ¡me diga la verdad! Sí ya, ya escuché en más de una ocasión (bueno, dos o tres) eso de que las armas que Gadafi tiene y utiliza en contra de su propio pueblo fueron compradas a EEUU y Europa. Sí ya, algo es algo. Pero eso tampoco es todo.

No hace mucho, cuando todo esto comenzó, el problema era el petróleo. Casi lo único que nos preocupaba era el petróleo, su subida, su ausencia, su destino. Luego sí, la masacre de un pueblo que debe soportar morir a cambio de una ideología diferente, en manos de un déspota que si algo tiene, sólo son muchas armas. Entonces sí, todos llegamos a la conclusión de que algo hay que hacer para frenarlo. Pero ¿y el trasfondo? Porque el trasfondo y el problema siguen siendo el mismo: el petróleo. ¿O será simple casualidad que EEUU y Europa sean los principales importadores del crudo libio? ¿Porqué somos incapaces de creer que esas armas se vendieron sin saber, a ciencia cierta, las consecuencias? ¿Porqué somos incapaces de ver que esto no tiene nada que ver ni con la masacre del pueblo libio ni con la paz? ¿Qué es lo que nos hace creer que el pueblo libio no sigue siendo masacrado ni está muriendo a manos, ahora, de medio mundo?

Lo que sí me ha quedado muy claro es que Gadafi, amén de ser un delirante y un dictador, es bastante estúpido porque no ha hecho más que darle al primer mundo la excusa perfecta para plantarse allí y seguir destruyéndolo todo. Porque claro, decir que queremos su petróleo no es "políticamente correcto" pero decir que sólo queremos parar la masacre de ese pobre pueblo justifica cualquier acción, incluso la guerra.

Lo único que yo espero, desde mi humilde posición, y, a pesar de las mentiras que queremos creernos y los engaños políticos, es que la masacre acabe... aunque algo en mi corazón dice que recién comienza.

sábado, 19 de marzo de 2011

RAÍCES...


Es increíble como el mundo gira y se convierte en una rueda enorme que algunos llaman el "ciclo del eterno retorno". Como "Giros", la canción de nuestro querido Fito Paez que dice así:

"Giros,
todo da vueltas como una gran pelota,
todo da vueltas casi ni se nota.
Giros,
fotografías de distintos lugares,
fotográficamente tan distantes.
Suena un bandoneón,
parece el de otro tipo pero soy yo
que sigo caminando igual,
silbando un tango oxidado".

Porque sí, todo da vueltas y casi ni se nota y... parezco otra pero sigo siendo yo. Yo, la bisnieta de españoles que ha vuelto a España, a la tierra de mis antepasados, al país que abandonaron no por deseo sino por obligación, al pueblo que añoraron tantas veces como yo ahora añoro al mío, a mi país, a mis raíces.

Alguna vez leí por ahí que las ciudades son como amantes caprichosas, todas. Y cada día creo más en ello...
Buenos Aires, la ciudad que me vio nacer, siempre fue mi amante predilecta, la más seductora, la más caliente. La que me dejó partir cuando era muy pequeña bajo la condición de que no la abandonara nunca y nunca lo hice. Nuestro amor es esporádico y de forastera que se siente en casa pero que sabe que sigue siendo forastera.
Mar del Plata, la ciudad que me vio crecer, siempre fue una amante dulce, segura y hasta tímida. La "feliz", como le llaman, la que me dio amores y desamores y llenó mis días de una tibieza que aún recuerdo y que nunca olvidaré.
Y Sevilla, mi otra amante suculenta, la que poco a poco me enamora y me muestra otro color y otro sabor. La que se parece un poco más a Buenos Aires que a Mar del Plata, aunque no se parece en nada. La antigua, la dorada, donde el sol nunca se esconde. Ese sol que parece una bendición descomunal y, a veces, descomunalmente maldito. Sevilla tiene arte, tiene "duende" como dicen aquí, y lo tiene en todos sus recovecos, en todos sus bailes y en todos sus retos. Sevilla se parece más a nosotros de lo que le gustaría reconocer y por eso es fácil soltar amarras y complicado fijar raíces. Porque mis raíces ahora cruzan el atlántico y se hacen cada vez más fuertes y más largas. Porque mis raíces se quedaron allí, en Buenos Aires, en Mar del Plata. Y ahora se entremezclan con raíces nuevas, aún cortas y débiles, pero nuevas. Raíces que ya me atan un poco aquí, raíces que hacen difícil (sólo a veces) imaginarme en otro sitio. Porque ahora soy como una mezcla diferente, porque sí, sigo siendo yo pero no... Porque ahora soy de aquí y soy de allá.

Ya hace, prácticamente, un año que piso este suelo y el bullicio empieza a parecer propio aunque no nazca en mí. Y el duende ajeno se me hace placentero y me reaviva el alma mientras se mezcla con la nostalgia del ayer, de nuestro tango. Y no puedo más que pensar en qué terminará todo esto con los años... si al final, seré de aquí como mis antepasados ya son de allá. Si es que algunos creerán que huí, igual que algunos lo creen aquí de aquellos que partieron en barco. Siempre aquí y allá... allí y acá... siempre girando.

Supongo que como todos, escucho más tango aquí que estando allá. Porque a la distancia, te refresca el alma y te hace sentir un poco más en casa. Fortalece las raíces y emociona hasta los huesos. Aunque ahora escucho mucho a "El Cigala", ese cantante de flamenco que desbordó el Gran Rex en Buenos Aires con su disco "Cigala & Tango" y que a mí me caló hasta el corazón con su tango aflamencado (que vale la pena oír, por cierto) y que parece que me representara a la perfección con todo lo que implica ser de allá y estar aquí, con nuestra nostalgia y su duende.

Aquí y allá... allí y acá...

viernes, 18 de marzo de 2011

MI CORAZÓN ESTÁ EN JAPÓN...

Ya todos estamos al tanto de la tragedia continua que se está sucediendo en Japón. Es descorazonador ver los informativos y ser conscientes de que todo siempre puede ser peor. Ver a un pueblo desmoronarse en silencio cala el alma tan hondo que ya se siente un dolor irreparable aunque estemos a kilómetros de distancia.

Mi corazón está en Japón, en esa gente que no sólo lo ha perdido todo, incluso a sus seres queridos, sino que además, es posible que pierdan aún más (si es que perder más que todo, fuera posible). Un pueblo que, a pesar de todo, mantiene la compostura mientras yo no puedo evitar llorar como una chiquilla cuando veo las imágenes del desastre.

No sólo han tenido que pasar un terremoto y un posterior tsunami que arrasó con sus casas y sus vidas mientras luchaban por sobrevivir sino que, además, hace días que conviven con una alerta nuclear que cada vez alerta más. Y es que es imposible estar preparado para tanto caos y, no hablo del gobierno, hablo del pueblo, ese pueblo que tuvo que correr a seguro, perder a su familia, hacer interminables colas por un poco de agua, ver su vida convertida en escombros y ahora, volver a correr para que el peligro no los alcance. No, no se puede estar preparado para todo eso y buscar, mientras, la mesura suficiente como para no sembrar el pánico en tus progenitores, en tus hijos o en tus hermanos. La procesión debe ir por dentro y las secuelas (con o sin radiación) serán eternas.

Recemos por Japón! Apoyemos a Japón!

Mi corazón está en Japón...

jueves, 17 de marzo de 2011

PERSONALIZANDO LA VIDA MISMA...

Porque está guay empezar a personalizarlo todo, definirte, encontrarte y maravillarte con aquello que surja y se desprenda de la sobrestimulación que nos aqueja diariamente... por el simple hecho de que, cada día más, podemos diferenciarnos y sobresaltar a nuestro modo.

Por todo eso... les presento el nuevo diseño de mi blog! Espero que les guste y lo disfruten, también a su propio modo.

Abrazos de chocolate con churros,
Cat

martes, 15 de marzo de 2011

MADRES POR EL MUNDO...


Aún no soy madre pero sé lo que es el amor de madre porque tengo una aunque, claro, al no sentirlo en carne propia (de momento) quedo un poco en desventaja.

Ya he leído muchos casos de lectoras que, ya sea por amor, por trabajo o por calidad de vida o por lo que sea, llegan antes a Europa que sus hijos. Los trámites son largos, la espera desesperante y el dolor, imagino que es incomparable.

Mucho más no voy a decir... porque repito, yo no soy madre. Pero una lectora me propuso un espacio para que las que sí lo son y están en esa situación puedan ponerse en contacto, compartir sus avances y sus nostalgias y puedan, al menos, sentirse un poco más acompañadas.

A todas las madres de este blog (y padres también, porqué no) las espero para compartir lo que quieran.

Abrazo y a no bajar los brazos,
Cat