ES CUESTIÓN DE TIEMPO...

Cuántas veces nos hemos conformado con esta frase... cuántas veces hemos intentado creer que el tiempo pasa rápido y que, como es cuestión de tiempo, lo que debe llegar, ya llegará.

Pero si lo pensamos claramente, todo es cuestión de tiempo, todo implica tiempo y el tiempo, como dicen, todo lo cura, todo lo perdona y todo lo logra. Pero ¿qué pasa cuando no tenemos tan preciado "objeto" que todo lo cambia? Porque sí, en un principio, todos tenemos tiempo, pero hay un punto en que hasta tu cuerpo te dice a gritos: "¡No puedo esperar más!" y entonces es como si el tiempo cayera dentro de un bloque de hielo, como si se congelara y dejara de avanzar. 

Encima es ley de Murphy, cuando queremos que el tiempo pase rápido parece pleno invierno en la montaña pero cuando precisamos de su lentitud, de golpe pinta verano sevillano y el tiempo se derrite y se escapa entre los dedos. Y es ahí, cuando si lo analizamos con detalle, llegamos a la conclusión de que, al final, el tiempo nunca nos acompaña. Él va a su bola y nosotros, a contra reloj, intentando a veces que el día tenga tropecientas horas y otras, prácticamente ninguna.

Me pregunto cuándo será el día en que inventen de una vez la dichosa "máquina del tiempo" y en versión cómoda, no sé si para viajar en el tiempo pero, al menos, para hacerlo un poco chicle a nuestro antojo. Aunque claro, ahora estoy recordando la película esa del mando a distancia (Click) donde la conclusión no era nada alentadora. 

En fin, será cuestión de tiempo...