CASI 48 DÍAS!

Ya casi todo está encaminado o encaminándose. En poco menos de 48 días vamos a tomar un vuelo que nos lleve al otro lado del charco. Ya me adapté totalmente a la idea, incluso, de a ratos, quiero tragarme esos 48 días como si fueran 48 pastillitas y subirme a un avión que, a veces imagino, va a liberarme un poco... al menos, sacarme un poco esta sensación de culpa, de sentido de la organización reorganizada mentalmente hasta la hipnosis, de papeles firmados y trámites colgados en algún laberinto del reloj, de cajas que se acumulan y decisiones que aparentan cubrir el "para siempre", del dormir a destiempo y contramano, del insomnio con olor a mediodía... al menos, liberarme de algo. No lo sé.

Y mientras tanto, lo que queda, seguir organizando cajas y redescubrir cosas que ya ni sabía que existían y decidir qué hacer con ellas como si fuera más fácil desprenderse una vez que les dimos existencia. Y terminar con los trámites del perro... y, no nos olvidemos, los trámites que me arranquen, al fin y para siempre, a la sombra de mi ex marido de encima. Más los hoteles reservados (todavía tengo que hacerlo) con aroma a mentira y tratar de manejar casi con coherencia el armado de las valijas y las despedidas.

Las despedidas... ojalá pudiera irme sin decirle adiós a nadie.