domingo, 24 de enero de 2010

NO SOBRAN INMIGRANTES, SOBRAN RACISTAS

El título de mi post de hoy es el título de una página de facebook (http://www.facebook.com/group.php?gid=53645734304&ref=mf) la cual está contra la criminalización de los inmigrantes en España porque todos somos iguales y merecemos los mismos derechos. La única diferencia es que mi post de hoy no es un debate sobre inmigrantes en España sino sobre algo que me indignó a mí ayer, acá, en Argentina... aunque el título de este post también podría ser: "No sobran inmigrantes, sobran boludos".

En verano, Mar del Plata se transforma en otra ciudad absolutamente diferente a la que en verdad es. Es lógico, miles y miles de personas diferentes y que no pertenecen pululan por sus calles. Hay exceso de gente, de autos, de buena onda y de mala onda. Y, a veces, los marplatenses (por suerte, sólo algunos) no tendrían ni que salir de sus casas en verano.

Hay una realidad y es la siguiente: aunque la ciudad viva del turismo (porque aunque sólo el 50% de la ciudad viva "literalmente" del turismo, el otro 50% necesita de éste para que el flujo de dinero aumente... si aumenta el flujo de un 50%, inevitablemente aumenta el flujo del otro 50%) y cada verano llegue junto con los excesos, cosa que nos conviene, no siempre estamos con el humor exacto como para soportar la diferencia. Puteamos cuando nos subimos al auto o vamos al supermercado y nos damos cuenta de que algo que siempre lleva quince minutos ahora lleva mínimo media hora. Siempre estamos apurados y, muchos, cuando entran a un local creen que tienen prioridad sobre el turista y quieren ser atendidos YA (obviamente, los apurados casi nunca son amables). Y si a eso le sumamos que hay mucho pelotudo suelto, ni les cuento...

Ayer, uno de estos "apurados" de la clase "pelotudos" entró a nuestro local... maldita la hora. Yo estaba en una parte del local, ocupada y Sergio en el kiosco atendiendo. En un momento, escucho que Sergio se enoja (cosa que no sucede nunca). Realmente, me llamó la atención pero pensé que era una tontería, jamás se me hubiera ocurrido lo que sucedió, jamás.

Cuando me acerqué el hombre en cuestión (si se lo puede llamar hombre) se estaba yendo. Pero, por supuesto, pregunté qué había pasado (tres pelotudeces en una se había mandado). El tipo entra, se mete en el medio de la atención a otro cliente. Ya sólo eso, te indigna... ¡esperá tu turno! Y como si eso no fuera suficiente, se pone incordioso y tira un: "encima, español". ¡Ay! No hago más que lamentarme el no haberlo escuchado yo... Y, para colmo de males, cuando sí llega su turno y Sergio lo atiende, ya había abierto su gaseosa. ¿Cuándo será el día que la gente entienda que no puede consumir lo que todavía no le pertenece?

Sergio se defendió y se defendió bien. Pero ese no es el punto. El punto es que, al final, los argentinos siempre tenemos algo de pelotudos (sin nombrar a los que no sabrían ser de otra manera, siquiera). Después nos quejamos de cómo nos va o de con qué ojos nos mira el mundo... y nos lo merecemos.

Y... no sé si les pasa a ustedes pero a mí sí, cuando algo sale mal con un "alguien" que se porta como un reverendo tarado no hago más que repetir la situación una y mil veces en mi cabeza, sólo que con el final que a mí me hubiera gustado, pensando qué le tendría que haber dicho o hecho o dejado de decir. Como si armara en mi cabeza la situación perfecta.

Desde que pasó, anoche, no puedo pensar en otra cosa. Me tiene indignadísima lo que dijo y me sulfura hasta no haberle visto la cara para recordarlo; para saber, a ciencia cierta, quién es el imbécil que anda suelto en mi ciudad.

En fin... a Sergio le llevó tres meses toparse con su primer "típico argentino pelotudo". No está tan mal, quiero creer que significa que quedan pocos.

2 comentarios:

  1. Cuanto odio por la Argentina, será tal vez frustración, porque es obvio que TU racismo y pelotudez no puede surgir de nada bueno, lo que haces es tipico de alguien que no se responsabiliza por nada y culpa a los demás de que las cosas anden mal, tu granito de arena sería no hablar estupideces, pero si te fuiste a españa por algo será

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  2. Te juro que te leo, "anónimo" (y nunca mejor dicho) y me da la sensación de que no leíste entre líneas, sólo leíste lo que quisiste leer. Primero: YO AMO MI PAÍS y si me fui, no fue justamente porque mi país no me gustara. Segundo: lo que no tolero es a los PELOTUDOS que pululan por él. Aunque claro, serlo no implica una nacionalidad u otra, racistas y pelotudos hay en todo sitio. Pero lamentablemente, en el caso puntual de la historia que cuento, el pelotudo racista era un argentino. Y si contar la verdad y lo que hay en la calle te indica que odio a mi país, es que nunca entendiste nada.
    Aunque en este caso en particular, me da lo mismo lo que entiendas o lo que creas...

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